domingo, 10 de octubre de 2010

Paco de Lucía clausura la Bienal de Flamenco 2010

Paco de Lucía y Antonio Sánchez a su derecha.
Ayer, vimos a Paco acompañado por sus músicos, y a sus músicos acompañados por Paco. Ayer me quedé con ansia, anhelo, hambre y sed. Me quedé pensativo. Sólo sentí resquicios de pequeños deslumbramientos que dejaban a oscuras antes de terminar, sobre todo al comienzo donde tocó sólo. Esos deslumbramientos, eran suficientes para transportar y olvidar lo demás. Transportar a donde ya sabemos, unos tiempos de lo perfecto, al que quizás nos hemos o nos han, mal acostumbrado, y ya no perdonamos la imperfección de la perfección.

Delante de mí comentaban en el descanso, “no ha estado muy fino, sobre todo al principio, pero aún tocando regular está por encima de todos”.

Ahora me desplazo en el tiempo en 1998, con su estreno de “Luzia”. Fue la primera vez que puede contemplar a Francisco Sánchez, se deslizaba por los trastes elegantemente, como sólo él lo hace. Cerrando los ojos, pensaba estar escuchando un CD, devolviéndome al Maestranza sus variaciones de las falsetas, entonces decía para mí aquí estoy en la segunda fila de patio, con otra leyenda de flamenco. Perfección. Y terminando, después de la espera protocolaria, con su casual exitosa rumba, como este año.

En 2003, lo vi en el Auditorio de la Cartuja, no un espacio bajo mi gusto adecuado para este concierto. Ahí no estuvo del todo completo, noté algo de ausencia. No sé qué, pero me no logró conmover como lo hizo años atrás en el Maestranza.

Notaba tanto en sus discos más cante, más acompañamiento y menos falsetas y sólos. Algo que se igualaba con los conciertos.

Para resumir, creo que tenemos que tener en cuenta el paso del tiempo, y mirar con un aspecto más amplio, más superior de toda una vida y carrera. Y no sólo por un concierto. Tenemos que ser conscientes de las transformaciones que puede dar la vida, involuntariamente por causa del tiempo. Por respeto a un genio, maestro de maestros, Premio Príncipe de Asturias, vertedor de esas “aguas” en las que muchos han bebido. Fusionador con el Jazz, profeta del flamenco fuera de sus fronteras, rompedor de fronteras en los espacios escénicos privilegiados a lo clásico, etc, etc. No debemos de caer en críticas tan fáciles al estilo “Curro Romero”. Gracias Paco por todo lo que nos has dado, lo que nos das y darás.

Aún así siempre reivindicaré, humildemente, ¡Más Paco y menos Lerele! Que lerele tenemos mucho y Paco sólo uno.





Fin de Fiesta con Duquende cantando a El Carpeta.



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